Un día en la vida

Saturday, September 30, 2006

Romance con sabor a sal

Algo hermoso me pasó el otro día, la vida, se cruzó por mi camino. Como siempre, tomé la micro en la mañana a eso de las 9, ya adentro, me puse mis audífonos y empeze a escuchar mi CD de "Los Jaivas". Sin esperar nada más que rutina a través de este simple viaje, me puse a mirar por la ventana. ¿Quién hubiera pensado, que esa sucia ventana, me mostraría una de las cosas más hermosas que jamás había visto? El mar, el azul profundo, se mostraba ante mis ojos de manera imponente. El cuadro era inigualable, y la música seleccionada lo acompañaba de manera perfecta. Me fije en los detalles que este me ofrecía. Una niebla espesa, una gaviota cortando el aire, un barquito de pescadores en el fondo y las olas, esos brazos del mar, acariciando las rocas, que todas las noches se convierten en amantes de la marea. ¿Quiéren algún signo patrio? ¡ahí está! kilometros y kilometros, a través de toda nuestra costa. Ese gigante olvidado está esperando que lo miremos, quiere montar su espectáculo de sal y sangre. Quiere despertar a todos aquellos que murieron en su profundidad, depertarlos de ese sueño que algunos los obligaron a tomar. Sé esto, porque aquel día, él me mostró su show y es, sin duda, hermoso. Sólo me queda decir, ¡que lindo es Viña y Valparaíso, que lindo es mi país!