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Dicen, que los blogs son como un diario de vida del siglo XXI, una especie de bitácora de todos los aconteceres en el viaje que es nuestra vida. No sé si será verdad esta afirmación. Dicen, que aquí uno debe plasmar sus sentimientos; es decir, nuestras penas, alegrías, rabias, llantos, victorias y derrotas. En fin, TODO. Es extraño, que la concepción de "diario de vida" haya cambiado tanto a través de los años, ¿a qué me refiero con esto? A que antes, el diario de vida era personal e imposible de leer para ojos que no fueran los tuyos. Hoy, es todo lo contrario. Hoy, es para cualquier huevón, y no solamente para personas que te conocen, sino que realmente para "cualquier huevón" (inclusive para uno al otro lado del planeta).

Yo creo que puede ser que, como hoy en día vivimos en una sociedad tremendamente individualista y bastante indolente, en el fondo nos sentimos solos, y vemos en este medio la posibilidad de tener algo de compañía. Creo que antes existía lo público y lo privado. Las charlas con los amigos y otros, correponden a lo primero; el diario de vida, a lo segundo. En cambio hoy sólo existe lo privado, ya que a nadie le interesa lo que le pasa al que está al lado, incluso si este es tu amigo. Sin embargo, como "seres humanos" no podemos vivir solos y es necesario tener compañía para esos momentos tristes, al igual que los alegres. Es por esto, que el blog ha tomado el papel del "diario de vida", es un intento desesperado por ser escuchado, un volver a lo público; un suplemento de la paleteá que antes hacían tus amigos.

Lo anterior, sólo era un preámbulo para poder escribir lo que realmente deseaba; una especie de justificación del porqué voy a vomitar hasta mis entrañas. He estado un poco tristón, incluso fome para algunos. Sí, no he salido a carretear no sólo porque no he querido, sino también porque no me han pescado. Me siento solo. Quizás... no soy tan importante para lo demás. Quizás... he perdido esa confianza que tenía antes en mí. Quizás... simplemente, soy un tonto huevón y caigo mal. Mis amigos, los siento lejanos. Ojalá, se entienda esto... NO ESTOY TRATANDO DE HACERME LA VÍCTIMA, PARA NADA ¡Sólo quiero decir lo que siento a toda la puta web!

Lo peor y lo que más me duele, es que mi mejor amigo y el que siento que mejor me entiende, no está aquí. Santiago es su nueva casa. Sí, lo veo los fines de semana (a veces), pero no es lo mismo. Para más remate, perdí una amiga que me escuchaba y que, francamente, lo daba todo por mí. Lo admito, fue mi culpa (en realidad, soy un ahuevonao).Pero, no todo es triste, he descubierto a un gran grupo de gente; mis compañeros de la U. En realidad, creo que ya puedo decir (a pesar del corto tiempo), un gran grupo de amigos. Sin embargo, la cosa no es tan fácil, ellos tienen sus propias vidas y sus propios amigos. En fin, no es lo mismo.

¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh, tanto rollo ya me tiene chato! ¿Qué tanto? ¡Todos no hemos sentido solos alguna vez! ¿Qué huevá? Después de todo, de esto no me voy a morir, PUNTO.

"Al final, de este viaje la vida quedará"... eso, es lo que espero...

SE ACABO, CHAO!!!!

Chile es un café con harta azúcar

País amargo en su esencia, pero edulcorado hasta más no poder; esto es nuestra larga y estrecha faja de tierra. Recién, con los constantes paros y tomas efectuados en nuestra nación, nos hemos dado cuenta de este hecho. Parece que el azúcar se le acabó al Gobierno. La economía era el endulzante preferido por la Concertación para ayudar a pasar el trago amargo, sin embargo, los "pingüinos" fueron los primeros en pedir un "café negro". Los chilenos, hoy en día, están hartos de que los manipulen y les mientan; están chatos de tomarse el café dulcecito.

La denominada "agenda social", no ha sido nunca tocada dentro de los 16 años de democracia. ¿Cómo puede realmente crecer un país, si el pilar fundamental de este- la sociedad- jamás ha sido tomada en cuenta? La educación, la salud, el empleo y muchos otros temas, en los cuales la Concertación ha fallado, han sido eclipsados por el "santo progreso económico". Hace rato que nos están vendiendo la pomá. Hace rato que nos ponen azúcar al café cuando no miramos. Hace rato que somos el "rey de los huevones".